Noticia Lorem
Todos hemos escuchado esa advertencia en la infancia: "Bébete el zumo rápido que se le van las vitaminas". Y ahí estabas tú, con la presión de un atleta en la línea de salida, intentando tragar ese vaso de naranjas exprimidas a la velocidad del rayo, no fuera a ser que esas traviesas vitaminas decidieran hacer las maletas y largarse.
Pero, ¿qué hay de cierto en esta teoría? ¿Realmente las vitaminas tienen patas y se fugan en cuanto te despistas?
La ciencia detrás del mito
La verdad es que las vitaminas no "huyen", pero algunas, como la vitamina C, sí son sensibles a la luz y el oxígeno. Con el tiempo, si dejas tu zumo expuesto, podría perder parte de su contenido vitamínico. Sin embargo, este proceso no es instantáneo, así que no necesitas beberte el zumo como si fuera un reto extremo.
El dilema del vaso de zumo abandonado
Claro, ahora la imagen es clara: las vitaminas con carita de susto, intentando escapar del vaso, y tú apuntándoles con una escopeta simbólica gritando: "¡Volved aquí!". Pero tranquilo, si te lo tomas en un tiempo razonable, seguirá cumpliendo su función nutritiva.
Conclusión
La moraleja de la historia es que las vitaminas no tienen patas, pero tampoco son inmortales. Disfruta de tu zumo con calma, sin miedo a que se esfumen en un abrir y cerrar de ojos. Y si alguien te vuelve a decir que se escapan, solo sonríe y diles: "¡Las tengo bien vigiladas!".